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En los albores del milenio y la web había, quizá, solo una plataforma de relaciones virtuales.
Al salir de allí, algunos anónimos amantes solían sumergir la travesía de su amor
en entusiastas y torrentosos naufragios por e-mail.
No había videos, fotos, ni modo de stalkear. Todas las citas eran a ciegas.
En esta página encontrarán
-en sucesivos episodios repletos de pasión, dolor y humor-
aquellos avatares y ficciones de Mohina y sus ellos,
que acaso mañana vuelvan a latir.
||| Cada personaje puede leerse de modo independiente y su orden de presentación es aleatorio |||
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